Enoturismo en septiembre

Septiembre, la época dorada del enoturismo

Hacer enoturismo en cualquier época del año es una experiencia gratificante y enriquecedora. Si además lo disfrutas en el mes de septiembre encontrarás un plus adicional: la vendimia.

En los meses de septiembre y octubre las bodegas viven una de sus épocas más importantes y significativas del año con la recolección de la uva en el viñedo y su posterior recepción en la bodega.

Los visitantes que acuden durante esta temporada no solo van a visitar las instalaciones, pasear por el viñedo o catar sus vinos, sino que tienen el privilegio de ser testigos directos de algunas de las fases más importantes del proceso de elaboración del vino.

Además de la vendimia, te desvelamos algunos beneficios adicionales de disfrutar del enoturismo durante este periodo tan especial para nuestras bodegas:

El plan perfecto para sobrellevar la vuelta a la rutina

Tras las vacaciones y las largas tardes de verano, volver a la rutina a veces nos puede costar un poco. Una escapada de fin de semana a un destino enoturístico puede ser la solución para evadirse y relajarse.

Adiós a las altas temperaturas

El final del verano viene marcado por el descenso de las temperaturas, lo que hace más apetecible realizar cualquier viaje o actividad al aire libre en un entorno natural como en el que se encuentran nuestras bodegas.

Las bodegas están llenas de vida

Las bodegas y viñedos nos permiten disfrutar de un sinfín de actividades en torno al mundo del vino: visitas guiadas, catas de uvas, degustación del primer mosto, catas de vinos, maridajes, pic-nic, eventos… algo que se acentúa en época de vendimia.

La vendimia se vive con los cinco sentidos: el olor a fruta fresca y mosto fermentando en las bodegas, ver el campo lleno de vida con la recolección de la uva y el cambio de color de las hojas con el otoño, degustar las distintas variedades de uva desde la cepa y la cata final del vino, reflejo del trabajo realizado con dedicación y esmero.

Tradición y pasión en estado puro que solo se vive una vez al año, lo que le convierte en una experiencia irrepetible. Cada vendimia es única.

En las tres fincas de Familia Martínez Bujanda, ubicadas en tres emblemáticas Denominaciones de Origen del país, puedes disfrutar de una amplia oferta enoturística:

Finca Montepedroso

Se encuentra en la localidad vallisoletana de Rueda dentro del marco incomparable de la Denominación de Origen que acoge su nombre. Uno de los Grandes Pagos de España con 25 hectáreas de viñedos propios a 750 m de altitud.

Visita Finca Montepedroso desde 12€ por persona y conoce sus viñedos, sus instalaciones, sus vinos y disfruta de otras actividades personalizadas. Una oportunidad única para conocer la primera D.O. de Castilla y León y el retorno del auténtico Verdejo.

Finca Valpiedra

Ubicada en la localidad riojana de Fuenmayor en el corazón de la D.O Ca. Rioja, dentro de un enclave natural privilegiado, en uno de los meandros del Río Ebro a su paso por La Rioja. También forma parte de la Asociación Grandes Pagos de España y tiene una extensión de 80 hectáreas de viñedos.

Puedes conocer Finca Valpiedra a partir de 16€ por persona y descubrir los más de 130 años de tradición vitivinícola de Familia Martínez Bujanda. Un viaje a los orígenes, la filosofía y la cultura de la mano de sus singulares vinos.

Además, puedes completar tu visita con un recorrido en 4×4 por el viñedo, cata de vino directamente de la barrica, o un picnic a orillas del río, la mejor manera de combinar vino, naturaleza y ocio.

Finca Antigua

Podrás visitarla en la localidad conquense de Los Hinojosos en plena ruta de D. Quijote.

Una extensión de 1.000 hectáreas a 900 metros de altitud sobre el nivel del mar, 421 hectáreas ocupadas por los viñedos y el resto por monte bajo Mediterráneo.

La finca ofrece, desde 12€ por persona, una experiencia enoturística, en la que se pueden incluir, degustaciones, catas, almuerzos, paseos por el viñedo… Una visita que puedes personalizar al 100% acorde con tus necesidades.

Cultura, tradición y gastronomía

El entorno de las bodegas es privilegiado, rodeadas de naturaleza en enclaves excepcionales. Estos parajes cuentan con una cultura e historia propia que se marida con una gastronomía tradicional.

En definitiva, el turismo enológico es la opción ideal para cualquier época del año, pero a finales de verano y en otoño adquiere un carácter mucho más especial.

Es la combinación perfecta de: turismo rural, cultura, gastronomía y vino ¡mucho vino!

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