Finca Antigua, eficiencia y sostenibilidad en un marco vitivinícola incomparable

Si siempre has deseado saber catar como un profesional, en este post te contamos todos los secretos para convertirte en un experto catador. Aunque no seas un enólogo experimentado, o tengas conocimientos al respecto, disfrutar y descubrir las sensaciones que transmite un buen vino en una cata está al alcance de tu mano.  Lo único que necesitas es activar tus cinco sentidos, elegir un vino de Familia Martínez Bujanda y sumergirte en las recomendaciones y consejos que te ofrecemos a continuación.

Dentro del mundo del enoturismo, la cata de vinos representa, sin duda alguna, la guinda final. Esta experiencia no solo te permite probar, evaluar y comparar vinos de cualquier tipología, sino que te concede un billete de ida al apasionante mundo de las sensaciones.

Una cata bien realizada te ayudará a conocer más y mejor cualquier vino, a apreciar los matices y los puntos fuertes de cada vino.

La cata paso a paso

Durante la cata de vinos, es necesario prestar especial atención a las sensaciones. A través de la vista, olfato y gusto se estructurarán las fases de una cata: visual, olfativa y gustativa.

En primer lugar, nos encontramos con la fase visual. La finalidad de este primer paso consiste en evaluar el vino mediante aspectos como el color, la intensidad o la nitidez, así como la lágrima. Durante este primer trayecto comenzaremos a tomar anotaciones sobre el color, la edad y la densidad del vino, aspectos que se pueden apreciar visualmente.

El olfato entra en escena como gran protagonista de la segunda parte de una cata. Antes de dar movimiento al vino, deberás introducir la nariz en la copa e inhalar suavemente para poder identificar sus aromas primarios, que son los derivados de la variedad de uva con la que está hecho el vino. A continuación, aireamos el vino, que entra en contacto con el oxígeno y comienza a desprender los aromas secundarios, que son aquellos resultantes de la fermentación alcohólica o maloláctica del vino. Otros aspectos como la persistencia aromática o los aromas terciarios, derivados del envejecimiento del vino en la barrica,  también pueden ser captados durante esta fase.

El último tramo de la cata consistirá, finalmente, en degustar el vino. La mejor forma para hacerlo es a través de un pequeño sorbo que pasaremos de un lado a otro de la boca para hacerlo llegar a todas las partes sensibles. De este modo se percibirán todos los sabores reconocibles a través de la lengua, denominando redondo a aquel vino que alcance un equilibrio adecuado entre ellos. Justo después de tragar o escupir el vino que acabas de probar, se deberá expulsar el aire lentamente por la nariz para analizar su vía retronasal, identificando el conjunto de sensaciones que permanecen en la boca a posteriori. La textura del vino o la persistencia son aspectos que también pueden ser identificados durante esta fase.

Buenas y malas prácticas durante la cata

Algunas de las buenas prácticas que debes conocer para realizar la cata de la mejor forma posible se recogen a continuación:

  • La mejor forma de percibir con fidelidad los colores y tonos del vino será contrastarlo ya servido en la copa contra un fondo blanco, plano y liso.
  • Se recomienda tener a mano agua y trocitos de pan para limpiar el paladar entre un vino y otro.
  • El orden adecuado consiste en comenzar por los vinos blancos, seguido de los rosados y tintos. Si es una cata solo de tintos, comenzar por los más jóvenes y finalizar con los más envejecidos.

En el otro lado de la balanza, existen ciertas prácticas que se encuentran extendidas pero que no hacen ningún favor a la cata y que son recomendables de evitar. Algunas de ellas son:

  • En los vinos más “viejos” se recomienda no vaciar la botella del todo, para evitar que los posibles posos y restos no deseados caigan en la copa. Esto condiciona el sabor del vino y dificulta la tarea de cultivar una opinión justa, por lo que resultará conveniente dejar siempre un resto en la botella e incluso en la copa.
  • Si estás organizando una cata en casa, no olvides usar una copa diferente para cada vino para evitar que los sabores se mezclen. Además, el diseño de la copa será un elemento clave que potenciará la percepción de los aromas o ayudará  a que el vino se abra más rápidamente.

Falsos mitos de la cata

El mundo de los vinos es tan amplio y profundo que en él tienen cabida una gran cantidad de mitos y leyendas sobre esta bebida. Con la propia evolución de este sector, muchos de los mitos sobre el vino se han visto cazados y desmentidos, rompiendo así con falsas convicciones. A continuación, analizamos algunos de los más extendidos.

“El vino tinto siempre a temperatura ambiente y los vinos blancos, fríos”. Lo cierto es que la temperatura ambiente no es la mejor referencia para determinar la temperatura correcta del vino. Por norma general, para los vinos tintos se aconseja que estén entre 12 y 15 grados, mientras que para los blancos se baja hasta el intervalo comprendido entre 7 y 10 grados.

“El vino blanco es para pescados y el tinto para una buena carne.”  Por lo general, los vinos tintos suelen encajar mejor con platos de sabores intensos, mientras que los blancos casan mejor con sabores y aromas de menor intensidad. Sin embargo, este mantra nos lleva a perdernos auténticas delicias a la hora de maridar platos, pues hay que conocer diversos aspectos del vino para poder determinar el maridaje oportuno.

Como puedes ver, la cata es una forma no tan compleja de poder acercarse  al mundo del vino, que además te permitirá disfrutar del enorme placer que supone probar y comparar diferentes vinos.

¡Anímate a reservar tu visita enoturística o a preparar tu próxima cata de vino con los vinos de Familia Martínez Bujanda!

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