Vendimia en Rioja: temprana y excelente

Al contrario de lo que sucedió el año pasado, este mes de septiembre está ofreciendo la ‘tregua’ necesaria a los viticultores para escoger el momento óptimo de vendimia y permite una entrada ordenada y selectiva de los racimos en las bodegas.
El adelanto del ciclo madurativo que veníamos arrastrando desde el envero (comienzo de la ‘cuenta atrás’ en la maduración) se ha terminado por confirmar en la vendimia y, si habitualmente es en el puente del Pilar (12 de octubre) cuando la recogida de la uva alcanza su máximo apogeo en todo el territorio de la denominación de origen, en este ocasión ha sido apenas unos días después de San Mateo (21 de septiembre) cuando la vendimia se ha generalizado en todas las zonas.
En Finca Valpiedra iniciamos la vendimia el pasado 10 de septiembre. Las características de nuestra finca, determinadas por un suelo pedregoso (los cantos conservan parcialmente el calor del sol y ayuda en la maduración) y por el microclima propio del meandro del Ebro donde se hincan nuestras viñas, hacen que la vendimia sea habitualmente más temprana respecto a otras zonas de La Rioja Alta.
De hecho el año pasado, muy complicado por la botrytis con un mes de septiembre idóneo para el desarrollo del hongo por el calor y el agua, en Finca Valpiedra pudimos vendimiar antes de las lluvias y obtener una añada de muy buena calidad en contra de lo que sucedió en gran parte de la denominación de origen.
En esta ocasión estamos ante una añada excelente para nosotros. El control de los rendimientos, con unos 5.500 kilos por hectárea de media en Finca Valpiedra, que para Familia Martínez Bujanda nos permite hablar también de una cosecha importante en cantidad, se está convirtiendo en los últimos años en la mejor garantía para la calidad de los vinos.
Las anomalías meteorológicas como consecuencia del calentamiento global, y ahí tenemos el mes de julio pasado, que fue el más caluroso de la Historia en el conjunto del planeta, están provocando una rápida maduración de los azúcares de forma que, si las viña no está equilibrada de carga y de vegetación, no suele venir acompañada de la madurez fenólica que precisan la elaboración de vinos de calidad.
Como decíamos, este mes de septiembre ha sido especialmente bueno para la viña en Rioja, pero, después de dos cosechas muy difíciles como la 2013 y 2014 y cada vez más habituados a la alteraciones meteorológicas, la prevención, traducida en trabajo previo en la viña (aclareos de racimos, deshojados…) y que por supuesto tiene también su coste, es nuestra principal arma para mantener la calidad de nuestros vinos. Aunque, por supuesto, un mes de septiembre como el que hemos tenido es la principal garantía.

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