El terroir, la importancia del entorno en el cultivo del vino

Seguro que los aficionados al mundo del vino han escuchado en muchas ocasiones este término, empleado cada vez con mayor frecuencia, pero, ¿qué es lo que significa exactamente?
Se trata de una palabra francesa, que en español suele traducirse por terruño, y que hace referencia al conjunto de factores naturales (tanto el tipo de suelo, clima, topografía, variedad de uva etc.) que inciden en los cultivos de viñedos.
En realidad, es un concepto complejo y difícil de delimitar, ya que no solo incluye aspectos relacionados con la tierra, como su nombre parece indicar, sino que engloba otra serie de características que condicionan y determinan la calidad y el carácter de los vinos cultivados en determinados lugares.
El terroir vendría a ser una suma de factores como el clima, el microclima (variaciones locales), tipología del suelo, situación del viñedo (en la ribera de un río, sobre una pendiente, la altura del terreno etc.), el subsuelo, la variedad de uva, la tradición, cultura y prácticas vitivinícolas. Todo esto conforma un medio ambiente que determina la calidad y el carácter del vino cultivado.
Es probable que no existan dos viñedos en todo el mundo con la misma combinación de estas características, por lo que el terroir diferencia los vinos obtenidos en un territorio concreto de manera concluyente. Aunque en el mundo globalizado en el que vivimos resulte sencillo implantar variedades de uva en otros terrenos fuera de los autóctonos, o variar otros factores para conseguir vinos peculiares y de calidad, el terroir indica una marca que obedece no solo a características objetivas (clima, topografía etc.) sino también a la tradición vitivinícola de una región, por lo que en el mundo del vino es un concepto cada vez más en boga.
Actualmente, esta palabra se utiliza para designar a una extensión geográfica bien delimitada y homogénea que presenta alguna particularidad llamativa en su producción vinícola. En España a veces se emplean las expresiones “vinos de pago” o “vinos de finca” para referirse a estos tipos de vino, en los que los factores que intervienen elaboración son tan importantes en el resultado final.

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