Lauren Rosillo, director técnico, en los exteriores de la bodega

Lauren Rosillo: “El actual mercado global del vino margina a los pequeños y auténticos productores españoles, es decir, a la propia esencia”

El director técnico de Familia Martínez Bujanda se muestra abiertamente partidario de la diferenciación de viñedos y bodegas y del reconocimiento de terruños y pagos. 

El mundo del vino afronta una nueva etapa en España, con cada vez más voces que apuestan por recuperar una mayor autenticidad y diferenciación de los extraordinarios viñedos que aún se conservan. Lauren Rosillo nos aporta su opinión sobre una cuestión que, probablemente, marcará un antes y un después: por primera vez el sector del vino español ha puesto sobre la mesa la necesidad de diferenciar viñedos, vinos y bodegas como sucede en otros grandes e históricos países productores como Francia, Italia, Alemania, Austria…

  • ¿Qué está pasando en el sector del vino español, con movimientos, lobbys, que demandan una mayor identificación y reconocimiento de los terruños y viñedos?

  • Desde mediados de la década pasada, España ha adquirido el rol de productor de vino barato de calidad correcta en los mercados internacionales. Con la crisis de los últimos años, esta situación se ha extendido al mercado nacional y se ha agravado en los internacionales. En este contexto, los pequeños productores y elaboradores de vino de finca y de terruños concretos ven cómo sus ventajas cualitativas se ven diluidas en un mercado cada vez más global y desligado del viñedo. Por ello, se está reclamando cada vez más una diferenciación oficial de estos vinos ya que preservan la diversidad y la heterogeneidad clásica en el mercado del vino y son la esencia del mismo.

 

  • Familia Martínez Bujanda forma parte de la Asociación de Grandes Pagos de España. ¿Continúa siendo importante para Finca Valpiedra la diferenciación de este modelo de vinificación?
  • Sí. Grandes Pagos es una sociedad de ámbito privado y pretende igualmente poner en valor las diferencias de cada uno de sus pagos y utilizar esa diferenciación como parte de su propia razón de ser.

 

  • España tiene un problema: vende vino pero a bajos precios. ¿Es necesaria la diferenciación de producciones?
  • España es un país donde, por sus condiciones climáticas, el cultivo del viñedo es relativamente sencillo. Sólo en determinadas zonas, también por su climatología especial o por su orografía, el cultivo es más costoso. Son estas zonas, en ocasiones de viticulturas heroicas, las más perjudicadas en este contexto. Por otra parte, la ventaja de facilidad de cultivo, unida a la gran calidad media de nuestros vinos frente a nuestros competidores más directos (Italia y Francia), deberían hacernos ver que la continua bajada de precios de los vinos españoles no tiene ningún sentido y solo nos lleva a la pérdida de rentabilidad de las bodegas.

  • Familia Martínez Bujanda elabora vinos de finca, de parcela…., con marcas ya reconocidas nacional e internacionalmente por ese compromiso con el origen. ¿Qué es lo que se necesita en concreto desde el ámbito legislativo?
  • Además del  reconocimiento oficial, que solamente valdría para avalar nuestra situación, haría falta una política que no beneficiase el aumento de rendimientos amparados por las denominaciones de origen, las prácticas de riego incontrolado o los aumentos de rendimiento en la transformación.

  • Ha firmado usted el manifiesto del Club Matador, que reclama el reconocimiento de los viñedos singulares del país. ¿Por qué?
  • Desde hace 6000 años, la viticultura y la enología han estado ligadas a pequeños terruños, empresas familiares, variedades locales y, en definitiva, a un viñedo ligado a un entorno. Esto es lo que el manifiesto pretende defender ya que un mercado globalizado del vino dejaría fuera de juego a la esencia del mismo, es decir,  a estos pequeños productores.

  • ¿Ha llegado el momento de quitar el ‘maquillaje’ al vino y rebuscar en la autenticidad de los terruños y de las propias añadas, con sus lógicos altibajos?
  • Desgraciadamente, lo único que puede salvar los viñedos excepcionales es que queden fuera del paraguas de vino ‘maquillado’, si con esa palabra se refiere al que se elabora buscando gustos globales, introduciendo trozos de madera dentro de los depósitos, con aromas determinados para satisfacer al consumidor. Es decir, vinos que no muestran su origen sino un estándar de calidad media adaptado al perfil más amplio de consumidores. Esta tendencia, incluso negocio, es un hecho hoy en día a nivel mundial y solamente se reclama un pequeño espacio para el resto de los vinos de pago.

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