La pisada de la uva y el lagar, elementos fundamentales de la vendimia tradicional

Hasta hace poco tiempo, la pisada de la uva había quedado relegada a bodegas pequeñas y familiares. Sin embargo, en los últimos años ha resurgido por el interés turístico que despierta en los amantes del vino.
La pisada de la uva ha sido un claro referente y un distintivo de la vendimia tradicional, ya que era una labor fundamental en la elaboración del vino de los primeros pueblos viticultores.
Posteriormente, se dieron cuenta de que se desarrollaba con más eficacia si se realizaba a unos determinados ritmos, por lo que se incorporó la música de fondo, y así se convirtió en una auténtica fiesta.
La pisada es una labor tradicional que se realizaba durante la vendimia y que consiste en pisar las uvas depositadas en un lagar o recipiente de madera para extraer el zumo o mosto. De esta manera, el mosto sale por un orificio pequeño y, al mismo tiempo, se separan los raspones y la pulpa del fruto.
La forma de realizar la pisada de uva depende en gran medida de las costumbres de cada zona, pero hay una serie de normas no escritas. Por un lado, se debe empezar desde el centro a los extremos del lagar, para que la presión que se ejerce sobre los granos sea suficiente como para conseguir extraer el mosto, sin que pierda sus propiedades, y favorecer así el contacto con las levaduras, responsables del comienzo de la fermentación. Por otro, se puede realizar con los pies descalzos, la forma más conocida y que ha sido protagonista de bellísimas imágenes en infinidad de películas, o con botas de goma.
Lo cierto es que se trata de toda una experiencia que pone en marcha casi todos los sentidos al disfrutar de la música que acompaña la tarea, de las vistas al viñedo, el sentir la textura de la uva bajo los pies, el percibir la sensación líquida del mosto y el aroma que las uvas empiezan a liberar.

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