Finca Antigua: el ‘flechazo’ de Familia Martínez Bujanda

A finales de los años 90, la Denominación de Origen Calificada (DOC) Rioja sufrió un fuerte agarrotamiento por la escasez de materia prima que elevó los precios de la uva hasta las históricas 425 pesetas el kilo de la cosecha de 1999.
Familia Martínez Bujanda, así como otros grupos bodegueros de la región, decidimos apostar por otras zonas vitícolas españolas y, en nuestro caso, pusimos el ojo en una extraordinaria finca de 1.000 hectáreas en La Mancha, Finca Antigua, entre Cuenca y Toledo, de las que 420 están hincadas de viñedo.
Lejos de las grandes y regulares extensiones que caracterizan buena parte del viñedo manchego, fue la magia de Finca Antigua la que nos encaminó a realizar una extraordinaria inversión en una región vitícola histórica pero más conocida por su volumen que por la elaboración de vinos de calidad.
El viñedo ya existía cuando llegamos y fue un auténtico flechazo: una extraordinaria diversidad varietal, con las mejores variedades francesas y otras locales, en un ‘terroir’ extremo, hasta casi 1.000 metros de altitud y de extraordinarios contrastes térmicos (35 grados en verano y 15 bajo cero en invierno). El trabajo de Lauren Rosillo, nuestro director técnico, con la zonificación en unas 60 parcelas diferentes de las 420 hectáreas de vid, ha sido arduo, difícil pero gratificante.
Finca Antigua es el gran campo de experimentación de Lauren, de posibilidades casi infinitas, sin un terruño único sino decenas de ellos, aunque los suelos de casi toda la propiedad comparten la franqueza, el carácter calizo y una ‘pobreza’ nutritiva donde únicamente cultivos como la vid o el olivar logran asentar sus raíces profudas y aguantar el crudo invierno y cálido verano.
La zonificación, con la vinificación previa por separado de tantos vinos como parcelas identificadas antes de decidir los ensamblajes actuales, junto con la selección y la elección de los diferentes momentos de vendimia dado el amplísimo catálogo varietal que cultivamos (tempranillo, merlot, cabernet sauvignon, syrah, petit verdot, garnacha, malbec, gewürztraminer y viura…) es la llave, que ilustra nuestras etiquetas, y que nos permite ofrece una amplia gama de varietales de identidad y personalidad propia.
La pirueta la hacemos con Clavis, un vino de una única parcela de cuatro hectáreas (Pico Garbanzo), donde las vides, un ‘popurrí’ de ocho varietales con castas muy atípicas plantadas hace 30 años, nos ofrecen un vino totalmente especial, marcado por unos suelos arcillosos nada comunes en la zona.

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